16/10/2018

Columna

Acerca de For Ever y Sarmiento

Medero llegó a For Ever para las últimas fechas del torneo pasado. Debutó con tres derrotas al hilo y a partir de allí el equipo comenzó una remontada futbolera que se terminó con la eliminación ante Alvarado...

Medero y Valdez. Sarmiento fue el dueño del clásico. Foto: Agustín Gómez.

Medero llegó a For Ever para las últimas fechas del torneo pasado. Debutó con tres derrotas al hilo y a partir de allí el equipo comenzó una remontada futbolera que se terminó con la eliminación ante Alvarado en Mar del Plata. El DT pensó que el plantel que había heredado de Fullana estaba mal armado. Y cambió. 19 refuerzos. Y un equipo -naturalmente- nuevo para este campeonato.

El DT ensayó -básicamente- con un 4-2-3-1 en toda la pretemporada. Así jugó en la mayoría de prácticas y amistosos. Y a la hora de la competencia lo sostuvo durante tres partidos. Notó que el tornillo no estaba del todo ajustado y comenzó a cambiar. 4-4-2 en Salta. Tres en el fondo y un equipo con más ambiciones en Palpalá y en el clásico. Y con cambios de nombres. Pero una identidad indefinida.

Y así divagó el equipo ante Sarmiento. “Me equivoqué” dijo Medero ni bien terminó el partido. En dos tercios del juego, se jugó al ritmo que quiso Sarmiento. Sólo en los primeros 28 minutos del complemento For Ever pareció estar un poco mejor, aunque siempre con un “Decano” en guardia y dispuesto a sacar un uppercut que impactó de lleno en el mentón “Forevista” con el gol de Fede López. Y un error tan conceptual como infantil: quedar tan regalado después de un córner.

Se vienen días duros para el cuerpo técnico. Más allá de que todo proceso lleva su tiempo, el hecho de perder ante Sarmiento dejó a Medero en la mira de todos los hinchas que hicieron del “Gigante” una verdadera fiesta y se fueron de la cancha con una gran tristeza. Da la sensación de que tiene material para repuntar. Si sumamos el torneo pasado y éste, Medero sólo lleva 14 partidos al frente de For Ever. Es un DT probo, con condiciones y muy respetuoso. Pero él sabe más que nadie que los tiempos en el fútbol siempre son más cortos cuando se pierde un clásico. Y que su margen disminuyó. La recuperación deberá ser inmediata.

Todo lo contrario en la vereda de enfrente. La dolorosa eliminación ante Mitre en Santiago a mediados de 2017 (cuartos de final) no nubló a Valdez. Supo (desde que era ayudante de Eric Acosta) que tenía la base del equipo que quería. Sólo se fue el goleador Julio Cáceres del equipo titular. Y dejó ir a Verino. Y el DT dijo “Tanque” Silba y Huth. Y acertó. Y cuando se lesionó Piarrou, apostó por Gallardo y Cuevas. Y de yapa le llegó un Orzán al que fue recuperando. Así forjó su Sarmiento.

Algo similar ocurrió a mediados de este 2018. Al 11 que quedó eliminado en octavos ante Crucero, el entrenador sólo borró a Chalabe. Y le dio crédito a Parera para jugar allí. Y a diferencia de la temporada 2017/18, parece tener mejor recambio, llámese Castro, Fernández, Bulgarelli, León y Moreno (todos con rodaje en este primer mes y una semana de competencia), entre otros (como Torresagasti, que es un arquero de primer nivel pero que todavía no sumó minutos).

Es un muy buen equipo Sarmiento. Lo demostró al meterse entre los ocho mejores en la Copa Argentina. Tiene todo para llegar bien lejos en este Federal “A”. Y Valdez está muy lúcido. Cuando tiene que cerrar un partido, ya no se ruboriza en sacar a Cuevas, poner a Fede León en la cueva y mandar a Berlo al lateral. Es un equipo que cuando juega, por lo general supera a sus rivales. Y que también aprendió a no desesperarse cuando la balanza está a favor del rival. Porque hay que saber pasar el sofocón cuando te apuran y te llueven centros. Y Sarmiento es aplomado en esos momentos. Como lo fue en esos primeros 28 minutos del ST en el clásico.

Que si Parera no hacía ese gol tan de entrada, que si el penal de Prieto hubiera entrado, que si esto y lo otro. Es fútbol y muchas veces la moneda puede caer para cualquier lado. Pero en un partido de detalles, prevaleció la cabeza y lo coyuntural. Por eso festejó Sarmiento.

Mariano Candia.