16/10/2018

Opinión

El sustento de un equipo

Ya liberado de los compromisos de Copa Argentina, Sarmiento hizo foco en el campeonato y despachó con autoridad y contundencia a For Ever en el clásico. El equipo mostró jerarquía, pero principalmente eso, que es un equipo.

El equipo que ingresó ante For Ever. Foto: Agustín Gómez.

Si bien los clásicos son partidos o campeonatos aparte, como suele decirse en la jerga futbolera, y que “no importa quién llegue mejor”, el fútbol tiene un grado de lógica, y generalmente gana el equipo que lo hace mejor. El resultado del clásico, es un resultado lógico por donde se lo mire, Sarmiento viene manteniendo una base de plantel desde hace tres años, a diferencia de For Ever, que en cada temporada trae una veintena de jugadores.

Sarmiento mostró jerarquía individual y colectiva, pese a las vicisitudes por las que tuvo que pasar. Ya no los tenía a Horacio Orzán (será operado del menisco en los próximos días), ni a Ángel Piz (suspendido). En el calentamiento precompetitivo se lesionó Claudio Cevasco (contractura en el muslo izquierdo); y a los 31 minutos del primer tiempo salió lesionado su goleador Luis Silba, por un pisotón de Claudio Verino en el tobillo derecho. Sin embargo la estructura de equipo lo sacó adelante.

No es sorpresivo, ni de casualidad lo de Sarmiento, por algo el sitial al que llegó en la Copa Argentina, eliminando a equipos de categorías superiores, torneo que, precisamente, lo estaba desenfocando del campeonato, porque podrá afirmarse que son torneos distintos, pero jugar contra Racing y River te moviliza, y te saca de eje.

Ya con la mente y el cuerpo de lleno en el torneo al que aspira pelear por uno de los ascensos, despachó con autoridad y carácter a Crucero del Norte y For Ever, 6 puntos que le permiten estar hoy en zona de clasificación al octogonal. Autoridad y carácter, dos palabras que quizás eran las que le faltaban al conjunto “Decano” para quedarse con una victoria plenamente justificada en el clásico. Lo de mejor equipo nunca estuvo en duda, Sarmiento desde hace por lo menos dos años tiene mejores “11” que su clásico rival, juega mucho mejor, tiene una idea y un horizonte que la mantiene a “rajatabla”, pese a esto, siempre le faltaban dos monedas para subirse al bondi del triunfo.

El público de For Ever no lo amilanó ni mucho menos (para esto también sirvió lo de la Copa, venía de jugar contra River), se puso a ganar rápido con el gol de Parera, y en los momentos de mayor zozobra (20 minutos del segundo tiempo), siempre mantuvo la calma, como sabiendo que en cualquier momento lo podía ganar, y así fue, sacó una contra letal para el gol de López, y luego lo liquidó con el tanto de Cañete. Contundencia, tranquilidad, jerarquía, autoridad y carácter; atributos lógicos para quedarse en forma inobjetable con el clásico.

Guillermo Candia.